miércoles, 30 de septiembre de 2009

Características Linguísticas de los textos aimaras: aspecto fonológico

CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS DE LOS TEXTOS AIMARAS

Por: Hernan Lauracio Ticona

En principio es importante indicar que el texto es la concretización de una lengua; esta se produce en forma oral y escrita. Por esta naturaleza lingüística, los textos, fundamentalmente los escritos, presentan componentes fonológicos, sintácticos y semánticos. De ahí que, cuando se aborda el tema de los textos escritos necesariamente tenga que tratarse el aspecto verbal, que está constituido por todos los elementos propiamente lingüísticos de las palabras y frases que lo componen (fonológicos, gramaticales. etc.); el aspecto sintáctico, que no se refiere a la sintaxis de las frases, sino de las relaciones entre unidades textuales (frases, grupos de frases, etc.); el aspecto semántico, que es el producto complejo el contenido semántico de las unidades lingüísticas (cf. Durorot & Todorov 1996).

En esta ocasión trataré de describir y analizar algunos textos escritos en la lengua aimara, como: cuentos, poesías, pensamiento, descripciones, relatos, adivinanzas, trabalenguas, recetas, artículos de opinión, u otros. Teniendo en cuenta que dichos escritos en lengua originaria exponen propiedades y características particulares en sus estructuras lingüísticas y funciones comunicativas. Por ello, considero que es conveniente abordar el tema desde tres aspectos: fonológico, morfológico y sintáctico. Cabe aclarar que los textos tomados en cuenta para el presente trabajo corresponde a los maestros y maestras aimaras de los departamentos de La Paz, Oruro, Posotí y Cochabamba; quienes participaron en el Programa de Capacitación Docentes en Lengua originarias: aimara, quechua y guaraní, durante el 2001 al 2003; bajo convenio entre Ministerio de Educación de Bolivia y el Programa de Educación Intercultural Bilingue para los Países Andinos - PROEIB Andes.

a. ASPECTO FONOLÓGICO

En la ciencia lingüística se define que la fonología(1) es una disciplina que se ocupa del estudio de los fonemas de una lengua; y los fonemas son unidades distintivas, indivisibles y abstractas. En este entendido, en el caso del idioma aimara, previo estudios fonológicos se determina representar con 26 fonemas consonánticos, tres fonemas vocálicos y un segmento para los alargamientos vocálicos (c.f. Cerrón-Palomino 1994). Esta convención es un producto histórico, se remonta desde año 1582, fecha en que se realiza el Tercer Concilio Límense donde traducen la Doctrina Cristiana, el Catecismo y el Sermonario a la lengua aimara utilizando signos castellanos de manera simplificada; posteriormente, en 1603 el religioso jesuita Ludovico Bertonio en su obra ‘Arte Breve y Arte y Gramática muy copiosa’ asimila y profundiza sobre la lengua aimara (c.f. Huayhua 2001). Prosigue cuatro siglos con intensos trabajos, estudios y discusiones sobre cómo representar gráficamente la lengua aimara, hasta que en el año 1984 se llega aun consenso y se oficializa el alfabeto aimara bajo Decreto Supremo ; la cual es utilizada en la actualidad en los diferentes espacios y medios de comunicación escrita.

Ahora, en los textos producidos por los docentes, se evidencia claramente la apropiación de las grafías o signos alfabéticos convenidos para la escritura de la lengua aimara, es generalizado el uso de las tres vocales y de las consonantes establecidas. A partir de la revisión pormenorizada de los textos, podemos aseverar que hay un alto grado de asimilación y discriminación de las grafías aimaras por parte de los autores. Es decir, en el proceso de producción de textos, los participantes diferenciaron, por una parte, los fonemas propios del aimara; por otra, los fonemas propios del castellano, y los fonemas comunes entre ambas lenguas. En el texto que presentamos a continuación constataremos el uso correcto de los todos los fonemas vocálicos, consonánticos y, hasta el signo de alargamiento vocálico establecido para la escritura del aimara. Veámos el siguientes texto aimara y su respectiva traducción en castellano.

Phisimpi achakumpita
  • Maya phisixa wali alwata manq’a thaqasiri misthuwayatayna, jupaxa wali awtjatawa. Ukhamaruwa achakuru jikxatatayna sasina jichhapi manq’antamaxa achakitu satayna. Achakituxa wali killpt’asisa achikt’asitayna: tata phisi janikiya manq’antistati walja wawanakanitwa.
  • Ukata, achakuxa phisiruxa maya millk’i tika churäma satayna, phisixa iyawa satayna. ukhamata wali jayaru sarapxatayna ukata maya jisk’a qutaruwa puripxatayna, uñjxatasinxa, warawaranakaru mama phaxsimpi qhanantaskatayna. Uka phisixa qutaru mantatayna millk’i tika apsusinixa sasa, ukañkamaxa achakuxa wali jalanaqatayna, ukhamata phisixa uma manqharu jiwawayxatayna. (3ri qutu, INS Huata)

El gato y el ratón

  • Un gato muy de temprano dice que salió a buscar comida, él estaba muerto de hambre. En eso encontró a un ratón y le dijo: “ratoncito ahora te comeré“. El ratoncito de rodillas le había suplicado: “señor gato, por favor no me coma, tengo varios hijos“.
  • Después, el ratón le había prometido al gato darle un queso; el gato había aceptado esa propuesta. Así habían caminado hasta que llegaron a las orillas de una pequeña laguna. Al asomarse vieron el reflejo de la luna y las estrellas. El gato diciendo que iba a sacar un queso había entrado a la laguna. Mientras tanto el ratón dice que correteaba de un lugar a otro. De esa manera el gato se había muerto ahogado dentro del agua.

Aunque, no podemos ignorar, que en el contenido de algunos textos muy esporádicamente aparecen las vocales /e/ y /o/ en ubicaciones antes o después de las consonantes postvelares (/q/, /qh/, /q’/, /x/), como en los siguientes casos: jaqinakaxa qollqe laykuwa chukiyawuru irnaqiri sarapxe ‘las persona viajan a La Paz para trabajar y conseguir dinero’, leqeleqexa chacharuwa tukutayna ‘el leqeleqe se había convertido en hombre’. En estas oraciones aparecen las letras y , ambas en la palabra qollqe, y posteriormente sólo la primera en las palabras sarapaxe y leqeleqe. Estos ejemplos confirman lo advertido por Cerrón-Palomino (1994: 39); los alófonos, entre ellos la [e y o] solo aparecen en virtud de la presencia continua de una consonante postvelares (los apuntados en líneas anteriores); pero, no ocurren en otros contextos. “De manera que puede decirse que tales segmentos son provocados por aquélla; es decir son el resultado de su copresencia articulatoria, siendo por consiguiente meros elementos parasitarios que medran a la sombra de una postvelar. Articulatoriamente esto es perfectamente natural, ya que la producción de una postvelar, que exige la separación automática de las mandíbulas, abriéndolas, no hace sino acarrear consigo a la vocal continua, abriéndola igualmente”.

También, en otros textos ocasionalmente puede constatarse la ‘confusión’ en la representación gráfica de las consonantes propias del aimara: esto se evidencia generalmente en el nivel de las consonantes velares y postvelares; por decir, entre la consonante fricativo velar /j/ y la fricativa postvelar /x/; entre la oclusiva simple velar /k/ y la oclusiva simple postvelar /q/; entre la consonante oclusiva glotal velar /k’/ y la oclusiva glotal postvelar /q’/; entre la consonante oclusiva aspirada velar /kh/ y la oclusiva aspirada postvelar /qh/. En reducidas ocasiones se advierte también la confusión en la escritura de los consonantes oclusiva aspirada velar /kh/ y la oclusiva glotal velar /k’/; entre la oclusiva aspirada postvelar /qh/ y la oclusiva glotal postvelar /q’/. A continuación presentamos algunos ejemplos extraídos de los textos:
  • ch’alljtayasi en lugar de ch’allxtayasi ‘siente pena’
  • yatjataña en lugar de yatxataña ‘averiguar o invetsigar’
  • qawkina en lugar de kawkina ‘en dónde’
  • qillkaña en lugar de qillqaña ‘escribir’
  • k’uma en lugar de q’uma ‘limpio’
  • mank’a en lugar de manq’a ‘alimento’
  • khana en lugar de qhana ‘luz’
  • qhanqha en lugar de khankha ‘áspero’

Desde nuestra experiencia podemos afirmar que las confusiones entre las consonantes mencionadas, en muchos casos, fue consecuencia del manejo oral y de las variedades dialectales; algunos hablantes en su pronunciación diferenciaban la /k/ y la /q/; en cambio otros no distinguían tal diferencia; esto definitivamente influye en la escritura de los fonemas indicados. Observemos la siguiente oración interrogativa: ¿Qawkhapachansa jilpacha, panqarpacha, ukhamaraki achuqpacha?; en este ejemplo, la primera palabra, Qawkhapachansa, a primera vista, puede ser entendida como ‘en cuánto tiempo’, por tanto, no habría ninguna confusión en la escritura de las consonantes en cuestión; sin embargo, la misma palabra entendida dentro del contexto de la oración pareciera significar ‘en qué lugar’, entonces, habría una confusión en la primera consonante /q/, por tanto se debería escribir kawkhapachansa. La oración presentada podría entenderse de dos maneras: a) ¿En cuánto tiempo crecerá, florecerá y producirá?, b) ¿En qué lugar crecerá, florecerá y producirá?. Esta oración dentro del contexto del texto parece que se refiere al lugar y no al tiempo; en efecto habría una confusión de la consonante /q/ en el lugar de /k/. Casos como estas podemos verificar cuando se revisa los textos producidos.

Los segmentos señalados no solo causan confusiones a los aprendices, sino también facilitan el proceso de desarrollo de lectura y escritura, y promueve la producción de algunos tipos de textos. Por ejemplo, en los trabalenguas, las consonantes velares y postvelares son utilizados como medios para construir frases u oraciones dificultosas, como los siguientes:
  • k’ank’a k’ankaxa k’ak’a k’ak’arasitayna ‘el gallo sucio se había descrestado la cresta’.
  • Kimsa p’iqi q’ara chhiwchhinakaxa q’ara pataru misthusina q’iwinukusipxi ‘tres pollos de cabezas peladas se dislocaron al subir a aquella cima seca’.
  • Q’ara q’añu qamaqixa qhanaki maya iwija manq’antatayna ‘un zorro pelado y sucio había comido una oveja a la vista de todos.
  • Pusi phisi pisi phusi ‘cuatro gatos soplan menos’

Las palabras, frases, y oraciones construidas basándose en los fonemas velares y postvelares llaman la atención de los lectores; durante la lectura de los textos puede percibirse un juego de sonorización, esto generalmente causa sonrisa a los oyentes y al mismo lector. Por tanto, éstas grafías son útiles para los trabajos pedagógicos, pueden ser utilizados como medios de motivación y ejercitación de la pronunciación y la escritura de la lengua originaria.

Otro aspecto que se observa es el uso de la diéresis; esta en ciertas ocasiones causa confusión en el significado de las palabras, cuando ella tiene escritura y pronunciación similar; por ejemplo, se constata el término kunapachasa, esta puede ser entendido como, ‘¿cuándo es? o ¿qué es?; pero, cuando está escrito kunäpachasa (aquí se nota la marca de la diéresis) sin lugar a duda será entendido como ‘qué es?’. Aquí se nota que la diéresis marca la diferencia de significados, es decir: chaka ‘puente’ no es igual a chäka ‘tallo seco de la quinua’, juri ‘mojado’ no es igual a jüri ‘vapor de agua’, ó utaniwa ‘tiene casa’ no es lo mismo que utäniwa ‘va a ser casa’. Asimismo, este signo también cumple la función de marcador del tiempo pasado: sarä ‘iré’, saräta ‘irás, saranäni ‘iremos’, y otros. En síntesis, la diéresis fonéticamente cumple una función reductiva, es decir, simplifica las palabras: mä, pä, khä, täna, etc.; pero morfológicamente representa al morfema –ya; entonces, las palabras indicadas deberían escribirse de la siguiente manera: maya, paya, khaya y tayna. Estos ejemplos nos demuestran sobre la importancia del valor fonológico de la diéresis y su incidencia en el significado de las palabras.

También puede evidenciarse en el conjunto textos que en algunos de estos que corresponden a los docentes de la zona de Llica aparecen el uso de la consonante fricativo velar /j/ en reemplazo de la consonante oclusiva simple velar /k/, como en los siguientes ejemplos: Pataja en lugar de pataka ‘cien’, arjaña en lugar de arkaña ‘seguir’, apjatana en lugar de apkatana ‘alcanzar’. Esto puede ser interpretado, por un lado, como la influencia de la variante oral regional en el proceso de la apropiación de la escritura; por otro lado, podría entenderse como un desgaste de la consonante simple velar y que es simplificado a la consonante fricativo velar. Se sabe que en la zona de Llica hay un desplazamiento acelerado del castellano hacia la lengua aimara; esto también podría influir en la pronunciación y por ende en la escritura de la lengua vernácula.

En el caso de los prestamos castellanos o adopciones fonologicas, en ciertas ocasiones son escritas de dos hasta cuatro maneras, tal es el caso de la palabra: oveja: en los textos aimaras aparecen en las siguientes formas: uwija – iwija – iwisa – uwisa. Podemos presumir que esta variación es el efecto del grado de manejo del castellano y del aimara. Los hablantes con buena competencia comunicativa en castellano (los bilingües que tienen como primera lengua el castellano) parecieran escribir de acuerdo a la sonorización de las vocales y consonantes castellanas como: uwija e iwija, aunque en estas dos se presenta una variación de las vocales iniciales y la . Los hablantes con buena competencia comunicativa en aimara (los bilingües que tienen como primera lengua el aimara) pareciera que adaptaron de acuerdo a la sonorización de las vocales y consonantes de la lengua originaria, de ahí que, llegarían a pronunciar y escribir como: iwisa y uwisa, aquí también se presenta la variación de las vocales y . En las dos formas se advierte la variación de los morfemas –ja y la –sa; el primero es utilizado por los que tienen predominio del castellano y, el segundo es utilizado por los que tienen predominio de la lengua originaria.



[1] fonología es la disciplina lingüística cuyo objetivo es la reducción del infinito número de distintos SONIDOS de una lengua a un número limitado de elementos recurrentes, es decir, se ocupa del estudio de los FONEMAS. Los fonemas son entidades diferenciadoras, indivisibles y abstractas; son diferenciadoras porque cada ‘fonema’ se delimita dentro del sistema por las cualidades que los distinguen de los demás; son indivisibles porque no pueden descomponerse en unidades menores, como le ocurre a la sílaba; son abstractas porque no son sonidos sino modelos o tipos ideales de sonidos que se manifiestan en el habla en forma de sonidos (cf. Alcaraz & Martínez 1997: 232 –233).

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